En Iskcon París

May 11, 2008

Hola a todos y gracias por todos sus comentarios de apoyo: Krishna das y Joe, gracias. Shyam, ya sabes maestra.

Hoy era un día muy especial porque iba a visitar la casa de Prabhupada en París, donde por su deseo y amor a Krishna, se adora a Radha París-Iswara. 

La verdad que ya estaba un poco harto de monumentos, museos, franceses mamones, cafecitos llenos de gente que come casi en la calle, de todo el «glamour», el «fashion», la «vanguardia», lo «in», lo «moderno», lo «artístico» harto de turistas gringos buscando desesperadamente un mac donald, tomando corona, o tipos que te paran en la calle queriendo estafarte pensando que los latinos somos idiotas.

Reconozco el aporte para bien o para mal de Liberté, égalité, fraternité (Libertadigualdadfraternidad  

en francés). Y entiendo que es parte del nacimiento de las civilizaciones occidentales como las conocemos, pero ya había sido mucho por estos días.

Camino al templo, meditaba un poco acerca de todo el legado de Prabhupada a «esa» civilización occidental y como siempre regreso a ese punto: Mi vida con Prabhupada y en Prabhupada es lo que me ha moldeado y me ha hecho. Y sin embargo he podido convivir, comprender, apreciar e incluso tomarle cariño a ese «otro» mundo que no puedo y no quiero despreciar ni tomarle aversión fanática paranoica.

Para resumir: Me emocionó hasta las lagrimas llegar a esa casa a las orillas de Paris. Una casa envejecida, chiquita, sucia, cayéndose de algunos lados, fiel imagen gráfica de lo que ahora es la misión que Prabhupada fundo. Ya nos íbamos pero Ruth hizo que nos quedáramos y pase la tarde mas hermosa en Paris. Como sucede en cualquier templo del mundo, nos pusieron a picar botes y botes de vegetales para la fiesta de domingo. Encontré algunos devotos chilenos y americanos y el español empezó a fluir divertidamente. Algunos franceses por ahí también hacían el esfuerzo de platicar en español y terminamos la labor.

Sonaron las caracolas y las pequeñas campanas, anunciando la salida de Sus Señorias y mi corazón se acelero un poco, empezó a fluir el olor a incienso y en la cocina contigua a donde estábamos picando los vegetales flotaba el olor a especias: cardamomo, azofetida, la mantequilla en los cazones y el olor a queso recien hecho.

Tomamos camino saliendo del garage que ahora esta habilitado como bodega de la cocina y cruzamos el pequeño patio subiendo las escaleras. Nos quitamos los zapatos, y ahí, así, como por arte de magia estaban Radha Paris-Iswara llenos de gracia, hermosos, dándonos su gran misericordia. En un cuartito que ha sido habilitado para adorarlos. Di reverencias y todo tomo sentido para mi. No me importa nada, solo que pueda seguir haciendo esto: seguir dando reverencias, seguir dando reverencias, seguir dando reverencias. De pronto el kirtan inundo el ambiente, me sorprendí feliz, tanta vida desbordada…

Fotos:

http://picasaweb.google.com/cyberwiwe/IskconFrancia